Cómete las flores más bellas, deleita tu paladar con los tiernos pétalos y con los frescos brotes que rebosan almibarado néctar. Pero cuídate de aquella rosa de eclosionada hermosura, del profundo color sangre que la envuelve y procura admirarla desde la prudencia. ¿Acaso no ves la zarza seca que la rodea? Podrías herir tu frágil corazón y morir de amor para siempre.
Víctor M. Jiménez Andrada
publicado en Avuelapluma (12/sep/2011)
Ilustración: Samantha Elaine Mejia. Lylia
publicado en Avuelapluma (12/sep/2011)
Ilustración: Samantha Elaine Mejia. Lylia
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