Muertos y resucitados

    

Tus balcones no me inspiran más versos. Es como si tu recuerdo hubiera quedado sepultado en el montón de palabras derramadas. Palabras que a lo largo de tantos años han formado imperfectos bocetos de tu perfil. Palabras paridas por mi pluma desesperada. Palabras que ahora son tu tumba. Pero sé que una sola casualidad de la vida, un instante o un cruce de miradas, sería más que suficiente para despertar al Lázaro dormido que yace en lo más enterrado de mis entrañas.
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en LB. nº. 3

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