Telarañas


El hombre camina por el paseo. Golpea con su pie algo metálico y brillante que sale rodando. Llama su atención y se agacha para recogerlo. Se lo pone en la palma de la mano, lo observa con detenimiento, mira a ambos lados y se lo guarda en el bolsillo del pantalón. Sigue su camino y sonríe. No lejos de allí, el diablo vuelve a sorprenderse de la facilidad que tiene a la hora de engañar a los seres humanos.
 
Víctor M. Jiménez Andrada.-
Publicado en AVP 18/12/2012
Fuente ilustración: http://recursostic.educacion.es/bancoimagenes/web/

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