Sobre la envidia

   
La envidia tiene forma de espiral, como esas serpentinas que se usan en las fiestas. Una vez arrojadas y repartidas por el suelo es difícil no enredarse los pies en ellas. Empecemos reconociendo que, más o menos sana, la envidia está presente en nuestras vidas, como parte inherente al género humano.

Una persona envidia en silencio a otra por algo, y a su vez es envidiada por otras. En este lío no es raro que A envidie a B y que a su vez B envidie a A. El problema viene cuando A envidia de B cualquier cosa, incluso aquello que no es especialmente favorable. En este cruce de envidias hay múltiples combinaciones, y eso en el caso de tomar para la muestra solo dos elementos. Si multiplicamos por N individuos, la cosa se complica bastante.

Vamos a hacer un pequeño ejercicio para buscar la envidia. No vamos a mirar para otro lado, ni señalaremos al que tenemos más cerca. Vamos a mirar dentro de nosotros mismos con toda la sinceridad que soportemos. Y ahora, en esta situación, a ver quién es el listo que tira la primera piedra.
 
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Cáceres en tu mano, 11/3/2013
Fuente imagen: http://recursostic.educacion.es/bancoimagenes/web/

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