Siempre hay un pasado

 

En aquel momento sabía que se iba a arrepentir de lo que estaba haciendo, pero necesitaba el dinero. Trató de ocultar su rostro lo mejor que pudo, sin embargo los flashes de las cámaras devoraron las sombras y varias decenas de fotografías delataron su presencia allí. Pasaron varios años y cuando había olvidado su vida anterior, el papel cuché desenterró los fantasmas.
 
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Avuelapluma 20/5/2013
Ilustración: http://recursostic.educacion.es/bancoimagenes/web

1 comentario:

Alfonso Carabias dijo...

Muy bueno Victor. La crisis por suerte o por desgracia alcanza a mucha gente, y al final el dinero vale mas que la dignidad...

Saludos.