Ecosistema mínimo (III)

El rubor de la tarde se prende en las mejillas para delatar lo inexplicable. A veces un poema gusta y no sabemos el porqué, ni tampoco hace falta conocer qué provoca la fuerza descomunal de una semilla. Es muy dulce la sensación de mis pies tambaleándose cuando imagino que me miras.
   
 

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