“¡Ay de mi Alhama!”
Romance anónimo
El sonido de la flauta ahuyenta
a los habitantes
de Hamelín
y les recuerda que es mal negocio
vender futuro al mejor postor.
Intuyen que ni los hombros de Atlas
soportarán los intereses
de unas hipotecas
a largo plazo.
Añoran la época
de las ratas y de los llantos,
mientras que por las calles desvaídas
rumian pesares
y mastican piedras del río.
(Del libro "El último diente de leche")
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